La Dra. Suzanne Hetts, quien es una experta en comportamiento animal, nos cuenta en su libro:
“Cuatro Mentiras sobre la dominancia canina”
Mentira 1.- Un perro dominante lo es siempre, independientemente en la situación en que se encuentre.
Sin embargo, muchas investigaciones demuestran que los rasgos de dominancia son flexibles y que el perro adapta su comportamiento a las circunstancias.
Mentira 2.- Los perros buscan la forma dominante de manera innata.
De igual manera que en el caso anterior, el perro no busca la posición dominante. prefiere la mayoría de las veces no serlo, pues de esta manera su vida es menos conflictiva.
Mentira 3.- Los perros nos ven como competencia y rivalidad y tratan de dominarnos.
La inmensa mayoría de los casos de agresividad canina atribuidos a a la dominancia se pueden explicar cómo miedo o frustración.
Mentira 4.- Si dominas a tu perro tendrás pleno control sobre él.
El dominio sobre tu perro creará una relación basada en el miedo y la intimidación… ¿No es mejor crear una relación de confianza y cooperación?
Y para explicarlo en la práctica aporta una serie de recomendaciones:
- Comprender y respetar los comportamientos naturales del perro, como correr, mordisquear, excavar.
- Analizar y comprender el lenguaje corporal del perro.
- Seamos realistas a la hora de planear las expectativas.
- Seamos razonables al poner límites.
- Premiar cuando tiene aciertos.