Divide et vinces

 

«Divide et vinces» o «divide et impera» es un proverbio en latín atribuido a Julio César. Su traducción es, divide y vencerás pero su  verdadero significado es que podemos resolver un problema difícil, dividiéndolo en partes más simples tantas veces como sea necesario, hasta que la resolución de las partes se torne obvia.

Vale, pero… ¿y qué tiene que ver esto con los perros?

Mucha gente tiene más de un perro, pero además, alguno o todos ellos presenta algún tipo de problema de conducta y ya sea porque alguno es muy joven, tiene miedos, es reactivo, ladra a todo, presenta algunas fobias o incluso dolores…, cuando salen a la calle la cosa se complica.

Debemos de entender que si tratar a un perro con problemas puede resultar duro, hacerlo con dos o más será mucho más difícil.

Hay perros a los que les gusta pararse a olerlo todo, a otros les gusta caminar a un ritmo alto, unos quieren saludar a todos los perros, otros tienen que mear unos cuantos árboles, etc. Las correas largas con dos perros y en la ciudad pueden ser difíciles de manejar y lo más sencillo es que terminen enredándose. Todo esto es «llevadero» con perros que estén equilibrados, que sepan caminar correctamente con la correa y que mantenga un ritmo parecido, pero con perros que presenten algún tipo de problema, este paseo puede ser terrible y en lugar de ser un momento de relax para ellos, puede significar todo lo contrario. 

Pero nos encontramos con otro inconveniente, y es que resulta que no podemos salir a pasear con uno y dejar a otro en casa porque el que se queda solo se pone a llorar, a gemir y nos destroza la casa.

Hemos ampliado lo que hasta ahora era un  problema de pasear por la calle. Ahora tenemos un caso también de supuesta «ansiedad por separación»: los perros parecen ser «una unidad indivisible», no podemos dejar a uno solo porque la lía y el que sale, no quiere avanzar porque su alma gemela no está junto a él…

Aquí es donde habría que comenzar a dividir (el «divide et vinces» ) para poder, en este caso, conseguir un paseo relajado.

• Por un lado habría que enseñar a los perros a quedarse solos sin su compañero de fatigas. 
• Por otro, habría que enseñar, al que no quiere avanzar, que no pasa nada porque su compañero de fatigas no esté. 

A partir de ahí podríamos encontrar otros problemas por cada división que antes no habíamos observado, por lo que tendríamos que volver a dividir. Finalmente, habría que ir resolviendo cada división hasta conseguir poder dar un relajante paseo, bien con nuestros dos amigos juntos y también con nuestros amigos por separado.