Texto para la Asociación Canina PASEOS.
Es fácil acuñar el término de «perro malo» cuando éste no hace lo que nosotros queremos, hace destrozos, ladra en exceso, es reactivo con personas o con sus congéneres.
Creemos incluso que el perro nos salió así de malo. – Fíjese, he tenido perros antes y ninguno tan malo como este – llegan a decir algunos, o eso de – es gruñón, no se lleva bien con nadie.
Siempre la culpa es del perro: si el perro tiene miedos es porque es miedoso, si es reactivo o muerde es porque es así de malo, si no hace las necesidades donde debe es un guarro y si rompe cosas es porque es un destroza… y como la culpa siempre es del perro, éste terminará pagando los platos rotos. Así de sencillo creemos que es.
Nos cuesta, los humanos somos así, empatizar con ellos. Hay que mirar un poco más allá para intentar ver las causas que llevan a un animal que fue domesticado hace 10.000 años o más y que quiere ante todo agradar, a atacar a los humanos, a morderles o a hacer cosas que les irriten.
¿Qué puede llevar a un perro a atacar a un humano? Esa es la pregunta que nos debemos hacer y buscar todas las respuestas, solo así entenderemos dónde radica el problema y dejaremos de etiquetar a perros y a razas concretas.
Debemos de entender que el mundo cambia demasiado deprisa para nosotros y más para los perros. Nuestro frenético ritmo de vida y nuestras normas pasan factura y debemos proponernos APRENDER mucho más sobre los perros, sobre su relación con los humanos y con el entorno y esto no debería ser solo para los amantes de los canes, toda la sociedad debería de hacer un esfuerzo para que no ocurran casos como el del agente de la Guardia Civil que le disparó al perro al interpretar que podía atacar a su compañero.