Seguramente quienes grabaron el vídeo inicial se enorgullecían del buen comportamiento de su perro con su niño y de ahí que decidiesen compartirlo en las redes sociales.
El perro habla alto y claro y viene a decirnos en su lenguaje «estoy hasta los cojones de la situación».
Esta vez pudo pasar, el perro aguantó estoicamente pero… ¿qué pasa cuando ya no aguante más esa situación? ¿el día que el perro decida que todos esos avisos no son suficientes y marque con sus dientes? No hará falta que muerda fuerte, no hará falta que haga desgarros ni siquiera hará falta que haga daño. El hecho de enseñarle los dientes al niño será suficiente para que lo tachen de perro peligroso, de agresivo, dominante y sea tratado en consecuencia.
Esto pasa a menudo con perros pequeños. Vemos en la salida de muchos colegios como perros pequeños son literalmente maltratados por niños con el consentimiento paterno y muchos de esos niños llegan a creer que «con los perro vale todo», sobre todo cuando el beneplácito de sus padres viene acompañado de sonrisas, vítores y aplausos y en todo caso, una reprimenda al perro si éste no aguanta la situación y hace cualquier gesto «inapropiado».
La primera fase para dejar de etiquetar a los perros, para evitar muchas mordidas, pasa por empezar a educar a nuestros cachorros humanos en el respeto hacia los canes. Menos besitos, menos caricias, menos achuchones y más enseñarles a interpretar el lenguaje canino y enseñarles como moverse y dirigirse hacia ellos.
Sólo puedo decir: Me encanta.
Lo comparto en mi página de facebook.
Ojalá consigamos inculcar a los adultos la educación en el respeto para los cachorros 🙂