Periodo de adaptación

 dog

Imaginemos que por un momento nos llevan a una aldea de África. Allí nos entregan a una familia y nos explican (en suahili) unas cuantas reglas que debemos respetar. Cada vez que incumplimos una de esas reglas nos gritan, nos apuntan con un arma e incluso nos golpean. Nos ponen de comer, de beber, nos lavan con una manguera y nos dan ropa limpia. No sabemos cuánto tiempo vamos a estar ahí, ni siquiera sabemos si por la noche nos van a matar, vivimos presa del pánico.

Eso es parecido a lo que ocurre cuando sacamos un perro de una perrera, lo llevamos a casa y desde el primer día pretendemos que respete unas reglas humanas que él no entiende y le gritamos si no las cumple. Pretendemos que camine a nuestro lado durante el paseo, que no ladre si suena el timbre, que se lleve bien con perros y humanos, que no nos gruña, que se muestre cariñoso, que acepte todo tipo de mimos, etc… todo ello sin pararnos, ni por un momento, a pensar en qué pudiera estar rondando por la cabeza del nuevo inquilino. Es factible hasta que piense que nos lo queremos cenar por la noche.

Cuando introducimos un nuevo miembro en casa deberíamos empatizar, ponernos en su lugar, y dejarle tranquilo durante su periodo de ADAPTACIÓN, proporcionarle SEGURIDAD, y no suponer una AMENAZA para él, ya habrá tiempo para juegos, caricias y reglas humanas.

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