Perros y electricidad

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El collar eléctrico es ese artilugio que podemos encontrar en casi cualquier tienda de mascotas bajo el nombre de “collar de adiestramiento” o «collar de impulsos» y del que también podremos leer que su uso está indicado para casos muy concretos, donde exista algún peligro y que debería ser utilizado siempre por profesionales.

Aquí habría que tener en cuenta ¿qué es un caso concreto o qué supone algún peligro?

Para cada propietario su problema “concreto” siempre es el más gordo, el peor. Si su perro come cosas de la calle dirá que puede morir envenenado, aunque solo se coma pañuelos con mocos. Otros dirán que no responde a la llamada, que lo puede atropellar un coche, que se salta la valla, que se come las gallinas, persigue la caza y si muerde los muebles, porque los estropea o se puede tragar un trozo de madera. Esto es así, en muchos casos, incluso se plantearán la posibilidad de deshacerse del perro ya sea abandonándolo o “durmiéndolo” lo que si ponemos en una balanza entre “matar al perro” o “freírlo con unas descargas” incluso parecería razonable.

Esta vez no vamos a entrar en lo que puede conllevar psicológicamente el hecho de recibir descargas eléctricas inesperadas.

Pero hay algo que rara vez nos cuentan de estos artefactos eléctricos. Sus fabricantes nos contarán cómo cambiar la batería, la distancia máxima de operación, incluso se atreverán a darnos unas nociones de “uso educativo” con el perro, pero lo que JAMÁS mencionan son los valores con los que trabajan. Solo nos indican brevemente que antes de su uso acudamos a un veterinario para que compruebe el estado físico del perro, es decir, que no tenga problemas cardiacos, ni sufra epilepsia u otro tipo de trastorno… curioso pero entonces, ¿son o no son peligrosos?

Hasta cierto punto, es normal que los fabricante no nos cuenten nada sobre los efectos de una descarga eléctrica en un organismo vivo, por una parte alegando motivos ecológicos, ya que imprimir tanto papel para que nadie se lo lea es un derroche y por otra, porque no se van a tirar piedras contra su tejado.

Una de las cosas, bastante habituales, es probar el efecto de la descarga sobre un humano poniendo el collar en el brazo. Lo que se suele sentir es un hormigueo en la posición más baja y un desagradable pinchazo en las posiciones más altas. Con esta prueba, que se suele hacer para autoconvencerse de que al perro no se le va a hacer daño, no estamos siendo muy honestos. Primero porque como poco pesaremos el doble que nuestro perro, estaremos secos y aislados, relativamente tranquilos a la espera de la descarga, ejerciendo así una alta resistencia a la electricidad, aunque de esto hablaremos más adelante.

collar electrico

Lo más que he podido encontrar es algún dato sobre los amperios y algunas mediciones (suelen indicar que la intensidad es de unos 10 mA) y los tiempos de trabajo suelen limitarse a un máximo de 8 segundos de descarga.

Hay varios factores que juegan un papel importante a la hora de valorar los efectos de una descarga eléctrica en un perro:

  • la cantidad de corriente que pasa por el cuerpo (se mide en amperios),
  • el camino que sigue la corriente,
  • el tiempo que dura la descarga,
  • el voltaje,
  • la presencia de humedad en el ambiente y
  • el estado de salud del organismo afectado.

Los factores que entran en juego son muchos y por eso es difícil especificar de forma exacta lo que puede suceder cuando un perro sufre una descarga concreta. Aunque usualmente oímos hablar de voltaje, lo correcto sería hablar de corriente eléctrica porque es la intensidad de la corriente, es decir, el flujo de electrones, la que pasa por el cuerpo del perro que sufre un accidente eléctrico. La intensidad de la corriente se mide en amperios y depende de:

  • el voltaje y
  • la resistencia que ofrezcamos a la corriente.

Para ilustrar correctamente estos conceptos no tendremos más remedio que utilizar una fórmula, la más simple: la fórmula de la ley de Ohm para calcular la intensidad de corriente que consiste en dividir el voltaje (en voltios) y la resistencia (en ohmios), es decir,

I=V/R

Cuando un perro recibe una descarga y tiene las patas en tierra, está ofreciendo un camino a la corriente a través de él a tierra.

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Ahora vamos con la resistencia que presenta el organismo y que depende de:

  • Condiciones de la piel en el momento de producirse el contacto. Si la piel está húmeda, ofrecerá menos resistencia que si está seca. Por tanto existe mayor riesgo de accidente con la piel húmeda.
  • Tensión de contacto: Según la ley de Ohm, a mayor voltaje mayor intensidad de corriente.
  • El grosor de la piel: a mayor dureza o grosor de la piel, mayor resistencia al paso de la corriente.
  • La presión que se ejerza en el contacto: si apretamos con más fuerza, hacemos que se produzca un mayor contacto de la piel con el material, facilitando en paso de la corriente por el cuerpo.
  • La superficie de contacto: cuanto mayor sea la superficie con la que toquemos la zona expuesta en tensión, menor será la resistencia que oponga el cuerpo y por tanto mayor será el efecto que produzca la corriente en éste.
  • Estado del organismo. Parece mentira, pero la gravedad del accidente eléctrico también influirá en el estado en el momento del accidente: nervioso, alterado, etc.

Como no encontré datos fiables sobre la resistencia eléctrica que puede ofrecer un perro, además que habría que hacer muchas diferencias por tallaje, piel, etc, recurro a los datos que hay sobre personas.

En una persona media, en ambiente seco y con la piel seca, se dice que ofrece una resistencia aproximada de 100.000 ohmios (Ω). Así pues, aplicando la fórmula, si toca un cable activo y tierra, lo atravesará una corriente de 220v/100.000Ω que da 2,2mA, una descarga pequeña que produce un ligero cosquilleo o un calambre soportable.

Si la persona está sudando o mojada y sobre suelo húmedo, la resistencia se reduce muchísimo, puede bajar hasta los 1.000Ω. En ese caso la intensidad que la atravesará será muy alta: 220v/1.000Ω dándonos 220mA. Esta descarga es lo suficientemente alta como para producir dolor, parada respiratoria, contracciones musculares involuntarias y, en casos extremos, la muerte.

La enseñanza es clara: ¡no debemos jugar con la electricidad!

He aquí unos datos aproximados que resumen los efectos del paso de la corriente eléctrica a través del cuerpo humano (salvando todas las peculiaridades mencionadas al principio). Son datos de corriente para un tiempo de un segundo de exposición. La corriente está en miliamperios (mA):

  • 1 mA ……… Es el límite inferior de percepción. La sensación, si existe, es de un ligero hormigueo. No obstante, ya hemos visto con qué facilidad se puede aumentar la cantidad de corriente en condiciones de humedad. ¡Mucho cuidado!
  • 5 mA ……… Se siente un ligero calambre, no es doloroso pero sí desagradable. No llega a producir contracciones musculares bruscas y podemos librarnos con facilidad.
  • Entre 6 y 30 mA …. Se produce un calambrazo doloroso con pérdida del control de los músculos. Tetanización.
  • Entre 50 y 250 mA…. Dolor fuerte, parada respiratoria, contracciones musculares severas, si estamos tocando un cable con la mano, los músculos contraerán los dedos involuntariamente y podemos quedar “pegados”. En casos extremos se puede producir la muerte.
  • Entre 1.000 y 4.300 mA… Fibrilación ventricular del corazón. Contracción muscular y daño de sistema nervioso. Muerte muy probable.
  • Corrientes más altas: Paro cardiaco, quemaduras graves y muerte casi segura.

Hablar de voltaje puede ser peligroso porque puede hacernos pensar que a voltajes pequeños no hay peligro de electrocución. No es así, lo importante es la corriente que atraviesa nuestro cuerpo y si la corriente es elevada o se produce durante mucho tiempo podemos sufrir graves daños incluso con un voltaje de pequeña magnitud.

El tiempo que dura la descarga es muy importante. Si recibimos una descarga de 100 mA y quedamos “pegados” al cable activo, seguiremos recibiendo esa descarga segundo tras segundo. En tres segundos habremos recibido suficiente descarga como para hacer fibrilar el corazón.

Si bien es cierto que no escuchamos noticias de perros electrocutados por utilizar collares eléctricos, tal y como están diseñados, los puntos de ruptura dieléctrica son muy reducidos por lo que, seguramente, mucho antes de electrocutar producirán quemazón (de eso sí se dan bastantes casos), la aplicación en mojado, con perros con mucho estrés o recurrir a modelos de bajo coste puede ser muy peligroso ya que los tiempos de descarga o la intensidad operativa podrían ser mucho más altos e incluso bloquearse y permanecer en constante descarga.

Sinceramente, creo que no hay excusa para aplicar este tipo de “electroshock” a nuestros perros y correr riesgos innecesarios. Aunque 10mA no sea más que un leve cosquilleo en un humano, en un perro de 15 kilos, mojado y estresado puede ser un fuerte calambre por muy manos expertas que controlen el mando a distancia y eso, tal y como dije al principio, sin tener en cuenta el efecto psicológico de lo que supone recibir calambres sin saber muy bien por qué se están recibiendo.

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Fuentes:

  • Electrónica integrada, Millman.
  • http://cienciaes.com/ciencianuestra/2010/09/10/-que-le-sucede-a-nuestro-cuerpo-al-recibir-una-descarga-electrica/
  • NTP 400: Corriente eléctrica: efectos al atravesar el organismo humano. Ministerio de trabajo.
  • A review of hazards associated with exposure to low voltages Dr. Marom Bikson Department of Biomedical Engineering, City College of New York of the City University of New York
  • Cuadernos de electrónica. Efectos de la corriente eléctrica sobre el cuerpo humano.
  • Manual CANICOM 200, 800 y 1500.
  • http://www.banshockcollars.ca/studies.php
  • http://eprints.lincoln.ac.uk/7827/1/vetrec-2012-101144.pdf.pdf

1 comentario en “Perros y electricidad”

  1. Buenas tardes.
    Tengo dos perritas una adulta cruce con french poodle de 7 kg y una border collie de unos 13 kg (6 meses). La adulta se solia escapar cuando no estaba con collar y vivo en una pequeña finca. La cachorra aprendió de la adulta a escaparse por lo q me vi obligada a colocar cerca eléctrica (no collar eléctrico). Me preocupa el riesgo de la corriente para ellas, podría causarles algún daño?

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