El sentido figurado

Sentido figurado

El sentido figurado surge al jugar con el significado de las palabras y relacionarlas con una idea o imagen diferente a la que les corresponde categóricamente.

En esto de la educación canina o el adiestramiento, parece que gusta mucho de jugar con las palabras y su significado.

Términos como DISCIPLINA, REGAÑAR, CORREGIR, DOMINAR, LIDERAZGO pueden ser interpretados de múltiples formas y muchas veces son confundidos a la hora de aplicarse.

Parece que hay un propósito en moldear el lenguaje para esconder el daño que verdaderamente podría hacer el llamar a las cosas por su nombre. Esto es lo que observamos muchas veces cuando escuchamos cosas como:

  • «Toque de atención»: cuando realmente se quería decir tirón del collar o golpear al perro. La intensidad del tirón o del golpe dependerá de muchas cosas, pero rara vez, de la sensibilidad del perro o de su estado psíquico.
  • «Collar reductor educativo profesional»: que suena mejor que decir «collar de ahogo» que puedes comprar en cualquier «chino» del barrio.
  • «Collar de impulsos»: mucho más neutro que decir collar de descargas eléctricas. Incluso oiremos hablar de la «positivación del collar de impulsos», todo sea por hacer parecer que el calambrazo es menos doloroso.
  • «Disciplina»: muchas veces ocultando un castigo reiterado hacia el perro. ¡Los perros necesitan disciplina! Ya, ¿pero a qué te refieres con eso? ¿A enseñarles qué deben hacer ofreciéndole alternativas o castigando que hagan lo que a nosotros no nos gusta?
  • «Regañar»: echar la bronca, castigar e incluso golpear por algo que se desconoce o no se ha aprendido a hacer.
  • «Dominar»: en muchas ocasiones traduciendo el abusar de un ser que nos parece inferior. ¡Hay que dominar al perro, ser el líder de la manada! ¿Aún nos parece poco controlar todos sus recursos, las veces que salen a la calle, lo que van a comer, su tiempo de juego, dónde duermen..?
  • «Liderazgo»: traduciendo así el «¡aquí se hace, ahora mismo, lo que yo ordeno y mando!».
  • «Obediencia»: muchas veces tapando lo que sería «esclavitud», es decir, o haces lo que te digo o habrá consecuencias. No será la primera vez ni la última que alguien pretenda hacernos una demostración de lo obediente que es su perro mientras lo amenaza con un palo o algo peor.
  • «Pequeñas correcciones»: escondiendo tras de sí un castigo continuado de voces, toquecitos, sacudidas, amenazas; lo que viene a ser una mezcla de «castigos verbales» y «castigos físicos» de mayor o menor intensidad.

Y no es algo tan raro de ver, solo hay que pasarse por cualquier grupo de Facebook, buscar a alguien que pregunte qué hacer si mi cachorro me gruñe, y enseguida encontraremos respuestas del tipo: regaña, corrige, muéstrale quien es el líder, necesita disciplina o dale un toque de atención, todo ello con el objetivo de que el CACHORRO no vuelva a gruñir y escondiendo tras «bonitas palabras» un castigo sistemático hacia un CACHORRO que aún no se sabe ni controlar el pis.

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