Consejos de parque

Es normal en el mundo del perro escuchar a menudo lo que algunos denominamos «consejos de parque» y que no son más que consejos gratuitos que se dan de unos propietarios de canes a otros con el buen objetivo de ayudar, pero sin tener en cuenta muchas cosas importantes y que, lamentablemente, sirven de poca ayuda, aumentan la frustración de propietario y perro y terminan causando problemas, a veces, muy serios.

No me preocuparía si no fuese porque son muchos los perros que sufren las consecuencias y en muchos casos terminan abandonados, aislados en un campo, devueltos a una protectora e incluso eutanasiados.

Recientemente me encontré con una persona que abiertamente preguntaba que qué podía hacer ya que su perro cuando se quedaba solo en casa se comía puertas, toallas y todo lo que pillaba aunque le dejan juguetes. Los datos que facilitaba de la perra es que es tranquila y que llega cansada de los paseos porque la sacan por el campo y corre. Eso es todo.

Con esa «información» más de 80 personas se atreven a realizar un diagnóstico del problema del perro y recetan soluciones: que si un Kong relleno, que si cansarla, que si una jaula o transportín, que si echa vinagre o algún spray corrector, que si veas un programa de la tele que se llama «Malas pulgas», que adopte otro perro, que  pruebe con flores de Bach, que use un bozal, le pongas la radio, etc, etc, etc. Como diagnóstico con todo ese «derroche de datos» recibidos, el grueso de los comentarios decide dictaminar que el perro sufre de ansiedad por separación canina (ASC).

Es posible que el dueño del perro con problema decida ir probando una por una cada una de las recetas, también es posible que acuda a su veterinario y éste como veterinario (¡ojo, no como veterinario que además se formó como educador!) también le diagnostique ASC y le recete cualquier cosa, con el objetivo de «tapar» el problema.

Es muy curioso, pero nadie ha preguntado la edad del perro, ni de dónde procede, ni el tiempo que lleva en la casa, ni desde cuando ocurre este comportamiento. Tampoco nadie lo ha visto, no saben si realmente es un perro tranquilo o es un perro cansado o agotado, si tiene algún problema físico, si tiene miedos, si es reactivo, si se estresa con facilidad, si se comunica con normalidad. Tampoco conocen a los propietarios, no saben cómo se mueven, cómo se comportan en casa, cómo se dirigen al perro, si lo corrigen en exceso, si le premian, si le exigen demasiado. Tampoco conocen el entorno donde habitualmente se relaciona el perro, si es ruidoso o tranquilo, si hay muchos perros y se lleva bien o por el contrario reacciona mal, si disfruta de los paseos, si se le sobreexcita, si los paseos son adecuados en número y tiempo… Pero aún así y todo, el diagnóstico es casi unánime, son pocos los que le recomiendan acudir a un educador canino y muchos los que evalúan el comportamiento y recetan.

Ansiedad por Separación Canina (ASC), así de tajantes, no contemplan otras opciones como podría ser una mala gestión del estrés provocado por algo que falla en el día a día del perro, quizás exceso de ejercicio, quizás falta de estimulación mental, quizás el paso de un entorno muy ruidoso cuando está acompañado por uno que deja la casa totalmente en silencio, un problema de dependencia, inseguridad… las posibilidades son innumerables pero casi todos los «consejos de parque» caen en la tentación de resolver un problema de ASC.

La mayoría de la veces, solo vemos la punta del iceberg.



En muchas de nuestras visitas resulta que lo que nos cuentan los propietarios no es nada más que la punta de un iceberg, incluso se da el caso de que el problema que ellos ven o creen que se debería de tratar, no tienen nada que ver con el problema real que tiene el perro.

Empecemos a ser serios. A tratar los problemas como se merecen y no realizar pruebas de «ensayo y error» con nuestros perros, acudamos a profesionales cualificados que hagan una valoración precisa del problema in situ y los experimentos con gaseosa, porque es la vida de un perro la que está en nuestras manos, y por muy buenas intenciones que se tengan, una vez hecho el daño es mucho más complicado revertirlo.

10 comentarios en “Consejos de parque”

  1. Estupendo artìculo, no hace mucho en un foro una persona preguntaba por un adiestrador canino porque su perro ladra cuando està solo y le molesta a la vecina, yo la puse en contacto con unos amigos que llevan a su perro a uno aquì en Paris y como no apareciò la tìpica persona que dijo «Para qué le vas a llevar a un adiestrador? Es tonterìa, yo le he enseñado a mi perro montones de trucos, a sentarse a tumbarse…» Terminé discutiendo con esa persona y no logré hacerle entender que por muchos trucos de circo que haya enseñado a hacer su perro él lo mejor es que si hay un problema se busque un profesional para solucionarlo.

  2. Sí, lo que pasa es que aún hay gente que desconfía de educadores caninos debido a que ha habido muchos pseudo adiestradores-domadores, gente poco formada o mal formada.

  3. me he quedado con el perro de mi futura nuera y la veteriania e psicóloga me ha dixo q tiene ASC,el perro hace sus necesidades en casa cada vez q salgo…..sale y corre tres veces al dia y cuando estamos en casa bien,pero a la q salgo se mea e caga..y por desgracia he d salir todos los días… he probado kongs,he hecho ejercicios en casa,como hacer q me voy,regrsar,salir ,volver a entrar etc pero na da nada sigue haciéndolo..toy desesperada no se q hacer….es un TEKKEL de 9 años ya..y no consigo nada,,me desespera pq va a acabar conmigo y con mi parket….

  4. Totalmente de acuerdo. Cuando se presenta un problema de hiperactividad y/o destructividad lo primero que hay que hacer es acudir a un profesional cualificado. El diagnóstico diferencial de este tipo de problemas no se reduce simplemente a la ansiedad por separación ( que también hay que tenerla en cuenta y debe formar parte de este diagnóstico diferencial ), hay muchas otras causas: la genética, la edad, el sistema de cría ( un destete precoz se ha relacionado con problemas de exceso de actividad y falta de autocontroles), un manejo inadecuado ( insuficiente posibilidad de realizar ejercicio físico y mental , no prestar la atención necesaria, conducta inconsistente por parte del propietario), miedo, estrés o ansiedad.
    Pero no se termina aquí, en cualquier caso de hiperactividad y/o conducta destructiva hay que tener en cuenta causas orgánicas. El hipotiroidismo, intoxicación por plomo, epilepsia psicomotora, síndrome de disfunción cognitiva son procesos a tener en cuenta cuando se presenta un problema de hiperactividad. Si la conducta destructiva está acompañada de la ingestión de substancias no comestible (fenómeno que se conoce con el nombre de “pica”) hay que descartar problemas gastrointestinales.
    Preguntas como: qué destroza, cuándo aparece la conducta y dónde, en qué situaciones, tiempo que el perro permanece solo en casa, si muestra hambre la mayor parte del tiempo, si presenta conducta territorial, qué ha hecho el propietario para solucionar el problema…, son esenciales en la historia clínica.
    Una vez hemos valorado todos estos factores no debemos olvidar que la hiperactividad puede ser una patología en sí misma, lo que se llama “hiperquinesis”. Es poco frecuente, pero hay que tenerlo en cuenta en el diagnóstico diferencial.
    Así que, la cosa se complica. No me gustaría que la gente tuviera la idea que los veterinarios nos dedicamos a dar cualquier medicación para enmascarar los problemas. Hay muchos veterinarios bien cualificados que se dedican a tratar alteraciones del comportamiento. Y cuando se presentan estas alteraciones hay que acudir a un ETÓLOGO.

    1. En cualquier comportamiento que se aprecie lo ideal es desechar causas exógenas antes de centrarnos en causas endógenas. Al igual que cuando un niño presenta comportamientos atípicos podemos recurrir a distintas escalas, desde el maestro que lo observa a diario en clase, pediatra, psicólogo o un psiquiatra… todo dependerá de la gravedad del problema. Y la solución dependerá de la profesionalidad y honestidad de quien trate el problema, porque ser profesional no significa vivir de esa profesión o tener un título homologado, ser PROFESIONAL, significa saber qué se está haciendo (o al menos, debería ser así).

    2. El problema está en que hasta no hace mucho todos los métodos se han basado en tapar el problema de una u otra manera, los «consejos de parque», también tapan los problemas y algunos libros son terribles. Pocos se han dedicado a buscar la raíz de los problemas y hacer por entender a los perros. Hay quien no necesita jamás ni una lectura, charla ni acudir a ningún profesional porque aplica su sentido común y entendió que hay que respetar a los perros como perros que son, que no es necesaria una lucha diaria para tener una convivencia pacífica. Por otro lado, tenemos a las personas que tienen un perro con un serio problema y no saben qué hacer, es ahí donde recurrir a un profesional es importante, porque si no sabe lo que hay que hacer y se dedica a poner en práctica los consejos que le lleguen, seguramente aumentará el problema o hará que aparezcan otros nuevos.

    3. Que bueno que aclaren en su último post que no se trata de que SOLAMENTE los adiestradores puedan ser la solución absoluta del «problema», esto sería como decir que todas las personas necesitamos acudir a psicoterapia… Y creo que no.. que hay problemas y problemas… algunos solucionables con lecturas y charlas de «parque» y otros que necesitan de ayuda externa de profesionales.

    1. Primero elige la manera que quieres de educar a tu perro, pues no todos los educadores trabajan en la misma línea.

      Segundo investiga, pregunta, llama, habla con ellos, cómo es su forma de trabajar, no te dejes sorprender por lo que llamo «la titulitis», es decir, esos que se esconderán tras homologaciones y títulos universitarios. La formación es importante, pero si presumes de ella antes de que te pregunten, malo, ser profesional no es tener un título, ser profesional es saber lo que estás haciendo. Si se es un poco observador, rápidamente te podrás dar cuenta si estás ante un profesional o ante un charlatán de ferias.

      Haz valer tu sentido común, si no obtienes respuestas, si te chocan sus métodos, hazlo saber, sobre todo, no te dejes engañar.

      Aún así nunca podrás estar segura, ¿acaso sabemos si el cirujano que nos va a operar es un buen profesional? Lo damos por hecho, pero…

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