¡Señoooraaa, hablelé menos a sus perros!
Deja que tus perros se saluden y socialicen tranquilos. Estar todo el día encima de los perros diciéndoles qué pueden hacer y qué no, les crea inseguridad y les pone nerviosos.
Empaticemos: a nadie nos gustaría que nos dijeran qué tenemos que hacer a cada segundo.