Otro mito de sobra conocido: llevar el primer día a casa un cachorro, que te sugieran que lo dejes en una habitación aislado y no hacerle caso si llora para que se acostumbre a quedarse solo.
Esta propuesta ya la hizo para los bebés humanos el Dr. Estivill en su libro «Duérmete niño» siendo fuente de numerosas críticas. Actualmente este doctor ha sacado otro libro en el que al parecer ya no contempla ese método.
El cachorro, lejos de acostumbrarse a la soledad en su día de llegada, sin su mamá, sin sus hermanos, en un ambiente nuevo y con personas desconocidas, debe enfrentarse a nuevos miedos con un exceso de ansiedad que lo único que le proporcionará es mayor inseguridad.
Es cierto, es posible que el perro aprenda que llorando, ladrando o aullando no va a conseguir ninguna respuesta de su nueva familia humana, pero a costa de un alto precio: MIEDO A LA SOLEDAD, INSEGURIDAD, ANSIEDAD que podrán derivar en problemas mayores.
Un cachorro, un bebé perro, lo que necesita es mucha compañía en sus primero días para luego, poco a poco, irle acostumbrando a quedarse solo.