Mitos. Los perros pequeños son un coñazo



¿Cuántas veces se escucha eso de ¡qué malos son los perros pequeños! cuando un «pequeñajo» se encara con un perro 10 o 20 veces más pesado que él, como si estuviese poseído por el diablo?

Está bastante extendido el concepto de que los perros de tamaño pequeño son, por naturaleza, reactivos, ladran, se encaran con facilidad y de mordisco fácil y no se le da demasiada importancia ya que su peligrosidad se cree que va estrechamente relacionada con su tamaño.

Vamos a empatizar con estos pequeñajos y vamos a intentar, por unos momentos, imaginar la vida como la tienen que vivir ellos, aunque desde nuestra perspectiva humana.

  • Se acerca directamente hacia nosotros muy deprisa, como un elefante en una cacharrería, un ser que mide 16 metros de altura (es unas 9 veces más grande que nosotros y pesa unas 40 veces más) y nos pone una correa extensible. Sin mucha delicadeza, ese ser enorme tira de nosotros para sacarnos a la calle. Nada de pedirlo por favor, da un tirón y nosotros nos despegamos del suelo y volamos unos cuantos metros.


  • Salimos a la calle y todo es enorme, gigantes por todos lados, los bordillos de las aceras parecen precipicios, pero, al menos, somos ágiles para saltarlos. Debemos de huir constantemente de esos pies enormes que parecen querer aplastarnos, pero tenemos sobre nosotros una cuerda que siempre está tensa y que de vez en cuando, sin avisar, se tensa aún más y hace que volemos.


  • Aparece uno de nuestra misma especie, es mucho más grande, pero parece tranquilo y me quiere saludar, ¡qué bien, voy a intentar hacerle unas señales de calma para que no se acerque muy rápido!… pero ¡ohhhhhhhhh! ¿estoy volando? ¿qué hago aquí arriba suspendido de una cuerda? El que es como yo, pero más grande, al verme aquí arriba se pone nervioso. Yo me balanceo, termino con mis piernas colgando y una mano que me sujeta por la barriga. -¡Qué vergüenza, no permitiré que me vuelva a pasar esto!




  • Seguimos paseando, me quiero parar a ver un escaparate pero ¡ohhhhh! vuelvo a volar por los aires, me empiezo a dar cuenta que no me puedo parar donde quiera, sólo cuando se pare el gigante que me lleva atado ¡vaya rollo de paseo!


  • ¡Cuidado! viene otro como yo, pero esta vez no me dejaré humillar. Le grito para que se aleje, pero ¡ohhhhh! otra vez estoy volando, el gigante me grita ¡chssss! ¡noooo!, no sé que habré hecho mal. -¡La próxima vez gritaré más fuerte, debe ser eso!


  • Aparece otro gigante y se inclina sobre mí, no sé que intenciones tiene, pero me acaba de sujetar y sacudir la cabeza con fuerza y me ha levantado por los aires. -¡Cómo se le vuelva a ocurrir, se va a enterar!


Esto es así para un diminuto perro de unos 2 kilos de peso. Si a lo gigante que puede ser todo para él, le sumamos un manipulado desacertado, correcciones innecesarias, no respetarlo como un perro que es, no dejarle relacionarse y socializar con otros congéneres, seguramente empezará a desarrollar problemas de comportamiento. Unas veces serán muy notables en forma de ladridos, gruñidos, mordiscos y otras veces en forma de alergias, diarreas, pérdida de pelo o en un estado de indefensión.

Deberíamos plantearnos tratar a ese perrito de 2 kilos y respetarlo como si de un perro de 40 kilos se tratase. Cogerlo únicamente cuando sea necesario, jamás tirarle de la correa y tampoco permitir que pasee tirando, que juegue con otros perros, preferiblemente de su tamaño, pero que también se relacione con otros aunque sean más grande y ofrecerle estímulación física y mental… es así como conseguiremos tener un perro equilibrado, sea cual sea su tamaño.







2 comentarios en “Mitos. Los perros pequeños son un coñazo”

  1. Jejeje! Muy acertado! A veces basta con ponernos en el lugar del otro para entender sus reacciones!

    Yo a menudo pienso que los perros pequeños son los más maltratados, inconscientemente, porque no se les permite ser perros.

  2. Pues yo tengo perros de todos los tamaños y me da mucha rabia cuándo me cruzo con «personas » que justamente hacen eso con sus yorkshires, que además lo acompañan del comentario tipo… ¡No ves que te pueden comer!!!
    Ufff es que de verdad que seria yo la que mordiera al que utiliza al perro como un yo-yo
    COMPARTO

Los comentarios están cerrados.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies
A %d blogueros les gusta esto: