Mitos. Mi perro sabe cuando ha hecho algo mal

 

Falso. Los perros no tienen el mismo concepto del bien y el mal que tenemos nosotros. Un perro no sabe si un mando a distancia tiene mayor o menor valor que un hueso de plástico.

 
Es importante entender que un perro es incapaz de entender una regañina a destiempo y esa carita, que en ocasiones ponen,  no es de arrepentimiento, es parte de su lenguaje canino, lo que se denomina señales de calma. El perro, al vernos acercarnos furiosos, dando gritos, con gesto amenazante, con la mirada fija en ellos, empiezan a hacernos un gran repertorio de señales con la intención de apaciguarnos, se mueven despacio, con ojitos de ballena (ojitos de cordero), apartan su mirada, giran la cabeza, nos dan el costado incluso la espalda y si ven que no consiguen nada, incluso se alejan.
 
Por lo tanto, si llegamos a casa y nos encontramos un destrozo, lo primero es no dar importancia, aunque nos duela, pasó y enfadándonos no vamos a conseguir que se arregle, lo segundo es tomar nota de lo que ha ocurrido y no volver a ponerlo tan fácil para que el perro lo haga otra vez: asegurando puertas, poniendo barreras, creando una zona segura. Y lo tercero es intentar descubrir qué ha motivado ese comportamiento destructor: aburrimiento, estrés, miedo, la edad… y buscar la manera de solucionarlo.
 

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