Distintos perros, distintas personalidades

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Somos capaces de entender que de una misma familia pueden salir hijos diferentes, no solo en lo físico, también en lo intelectual. A unos les gustará estudiar o tendrán mayor predisposición a ello, otros serán buenos deportistas, algunos no querrán ver un libro ni en fotos. En lo anímico, unos serán nerviosos, otros tendrán una capacidad de autocontrol envidiable, alguno puede ser más exaltado, otros tímidos… y todo esto puede ocurrir conviviendo en la misma casa, con los mismos padres aunque con algunas diferencias en cuanto a experiencias vividas, edad y amistades.

¿Cómo es posible que no podamos entender que hay perros diferentes aunque sean de la misma camada?

En estos casos, aunque la edad sea la misma, los cachorros a los pocos meses son separados y van con diferentes familias, a distintos entornos. Cada perrito será educado en unas condiciones diferentes, con propietarios con metodologías distintas y con experiencias diferentes. Ni siquiera estamos resaltando aquí la importancia de su periodo crítico de socialización. 

MUCHA gente aún cree que todos los perros son iguales, como si fuesen robots con un software idéntico y que lo que vale para uno, vale para todos: PROPONEN SOLUCIONES GENÉRICAS.


Silla-300x225La silla eléctrica

Hace unos días, hojeando un libro de cuyo autor no quiero acordarme (me provocaría una úlcera hacerlo), se proponía poner una red de gallinero electrificada con 6 pilas de petaca (las estándar son de 4,5V) es decir, 27 voltios sobre el cubo de basura para que el perro no curioseara dentro ni pudiese acceder. El método que se propone en el libro es lo que algunos denominarían “la panacea” educativa canina, es decir, la solución para cualquier perro que intente acceder a algo no permitido. Ningún perro, en su sano juicio, se acercará jamás a ese cubo tras uno o dos intentos, pero es que tampoco me acercaría yo si me da una descarga de esas. 

Tengo 3 perros, dos de ellos ignoran por completo el cubo de basura pero hay uno que es cabezota e insistente como él solo y que siempre intenta abrirlo, curiosear dentro y si hay algo que merezca la pena, zampárselo. En este caso ¿es un perro mal educado?, ¿es malo?, ¿por qué los otros dos no lo hacen y este sí?, ¿es imbécil?, ¿le debo castigar por ello?, ¿lo dejo frito electrificando el cubo? NO, simplemente es un individuo diferente, más curioso y por ello se necesitará más paciencia, otra manera de trabajar, buscar otras alternativas, pero JAMÁS deberíamos anular esa gran cualidad que tiene, que es LA CURIOSIDAD y que le hace tan diferente a otros.

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Cubo anti perros

Hay casos en los que la solución pasa por ser muy sencilla: comprar un cubo más alto donde el perro no llegue, le ponemos un peso en la tapa para que no pueda abrirlo o simplemente, quitamos el cubo de su vista o alcance.

 Hay conductas muy reforzadas que habrá que evitar que sigan repitiéndose. Si el perro consigue levantar la tapa del cubo y obtiene un premio en forma de comida, lo seguirá intentando, si no consigue abrirlo aunque lo intente una y otra vez, terminará desistiendo por aburrimiento. Habrá perros que con 3 intentos frustrados no vuelvan a intentarlo, los habrá que lo seguirán intentado decenas de veces.

Que un “autor” proponga el castigo (descarga eléctrica) para resolver problemas tan tontos como este no me deja lugar a dudas de qué se le podrá llegar a ocurrir para solucionar problemas realmente serios.

Y es aquí donde comienza el problema, hay perros que tienen mucho aguante a los malos tratos, al castigo, como también hay personas que soportan los malos tratos, que lamentablemente no llegan a denunciarlos nunca y viven siempre con su miedo, pero hay casos en los que sí se denuncian o se actúa contra ellos. Con los perros pasará igual, algunos se rebelarán contra los malos tratos, porque como ya dijimos al principio: distintos perros, distintas personalidades.

1 comentario en “Distintos perros, distintas personalidades”

  1. El problema es que, aparte que la gente sigue sin verlo, en el caso de los humanos, de darse una situación de este tipo se actuaría contra el maltratador. Pero si un perro llega a rebelarse, aún con todo lo que habrá pasado para llegar a ese extremo, tiene muchas posibilidades de acabar aún peor 🙁

    Por cierto, me encantan estos artículos, directos al grano y sin tapujos 😉

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