La solución para todos los problemas de conductas caninas

Ya está en las imprentas el libro que solucionará todos los problemas de conducta que nos podamos encontrar en un perro.

El libro constará de 200 páginas, pero no es necesario leérselo por completo, con buscar en el índice el problema ya nos podremos ir directamente a la solución.

También se está desarrollando un producto en cápsulas con el que no hará falta ni leer el libro. Una cápsula al perro y ya está: fuera miedos, agresividad, estrés, conductas erráticas, destrozos… hasta los pis en casa se terminan en cuestión de minutos.



Fuera de bromas, es posible que cualquier día nos anuncien esto en algún programa de Teletienda. Ya nos bombardean diariamente a los humanos con productos milagrosos como las bayas de Goji, café Organo Gold, las pulseras Power Balance y mil productos más que podríamos enumerar y que prometen todo.

Con la de milagros y bondades que cuentan de estos productos, a veces se me pasa por la cabeza desayunarme un tazón de bayas de Goji en un café Organo Gold y ponerme pulseras Power Balance en las muñecas y tobillos, lo mismo hasta me vuelvo un súper héroe y soy capaz de volar.


Todo esto no es nuevo, la panacea es un mítico medicamento que cura todas las enfermedades o incluso, prolonga indefinidamente la vida. Fue buscada durante siglos, especialmente en la Edad Media. PERO NO SE CONSIGUIÓ.

¿Por qué aún queremos buscar soluciones universales, «panaceas», «el Santo Grial», para solucionar los problemas de conducta que se presentan en nuestros compañeros caninos?

Desde CalmaDogs insistimos mucho en que cada perro, cada propietario y cada entorno son únicos. En muchas ocasiones no nos servirá lo que nos sirvió con otro perro, porque era otro individuo, tampoco lo que le solucionó el problema a nuestra amiga porque era otra persona diferente, con un estado mental distinto.

A cada propietario le corresponderá elegir qué es lo que prefiere para su perro: un educador que le enseñe a utilizar la fuerza para someter al perro, uno que se lleve el perro y se lo adiestre como si fuese un robot, uno que le explique como funcionan los collares eléctricos, uno que le enseñe a entender y a respetar a su perro como perro, uno que lo medique, uno que prometa arreglárselo en cuestión de días sin esfuerzo…

Existen algunos consejos «universales» que son más de sentido común que de educación canina. Los avances de los últimos años han hecho comprender a muchos que el castigo no corrige problemas, los tapa u oculta, pero no los soluciona, que debemos de empezar a entender a los perros como compañeros dispuestos a colaborar y no como a individuos que se pasan todo el día planeando como subir al poder y dominar el mundo. Podemos explicar qué supone un paseo de calidad para un perro y qué no lo es, en qué consiste la comunicación o lenguaje de los perros, podemos hablar de qué estresa a un perro…

Pero no se pueden dar recetas universales, SOLUCIONES, para perros que no vemos desenvolverse en su entorno, de los que no se conoce a los propietarios y que lo único que sabemos es lo que nos cuentan, que en la mayoría de las veces, es solo la punta de un iceberg y será arriesgado dar un tratamiento correcto.




Debe quedar claro que unas salchichas no solucionan los problemas, esta es una forma que tienen de «despotricar» los que no se han preocupado de entender en qué consiste la educación canina sin castigos o que bien quieren seguir manteniendo su «estatus educador» en base a rebajas de jerarquías y dominancias de los años 70.

A un perro específico le pueden venir muy bien unas salchichas, pero a otro le pueden poner como a una moto, activarlo mucho más y que el remedio sea peor que la enfermedad y no solo son las salchichas, cualquier tipo de reforzador puede ser efectivo para alguna cosa o todo lo contrario.

No hay soluciones mágicas, por muchos productos que nos anuncien o por mucho que algún adiestrador prometa milagros, si no hay un cambio de actitud y una implicación por parte de las personas que conviven a diario con el perro no se conseguirá gran cosa.

También se observarán «encontronazos» con educadores que, pese a utilizar técnicas en las que no haya castigos, no habrá una puesta en común a la hora de aplicar tratamientos. Esto mismo pasa en medicina, en ingeniería, en informática… no podemos esperar que no ocurra en un tema como la educación canina, pero pese a esos «encontronazos», intentarán buscar la mejor terapia aplicable al perro que ellos consideren necesaria, siempre y cuando estemos hablando de profesionales honestos.



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