Todos deberíamos saber como PREMIAR a nuestro perro. Pero no a todos los perros les gustan las mismas cosas ni le sientan igual.
Dependiendo de qué pretendamos, unos premios (refuerzos) serán más acertados que otros.
– Dentro de los refuerzos en forma de COMIDA podemos encontrarnos con cosas muy apetecibles y otras menos, pero es importante adecuar el tamaño del premio así como la velocidad con que es ingerido por el perro. Si queremos realizar muchas repeticiones en poco tiempo no deberíamos elegir un premio que se tarde en masticar, tampoco deberíamos utilizar uno que produjese mucha sed o alguno que provoque tanta excitación que el perro solo esté pendiente de la comida.
– Con los refuerzos en forma de JUGUETES, pasa igual, no será lo mismo utilizar un juguete que bote como es una pelota, uno que pite, o uno blandito de tela… dependerá del momento, del perro y de lo que queramos hacer.
– Refuerzos en forma de caricias, palabras agradables… dependerán también de esos factores.
Hay otra cosa muy importante y es nuestra VELOCIDAD y ACIERTO al premiar. De poco sirve intentar reforzar a un perro a destiempo, que éste se tenga que esperar a que abramos un bolso, busquemos la bolsa de premios dentro y saquemos uno… Otra de las cosas es la CANTIDAD, si en primeras fases de aprendizaje somos roñicas con los premios es fácil que el perro pierda motivación y se enfoque en cualquier otra cosa. Tampoco suele ser muy efectivo utilizar premios comestibles con un perro recién comido.
No solo se trata de premiar a los perros, se trata de observar, observar y observar para conocerles y saber qué premio es el más acertado en cada momento.
Y no te pongas a pensar ahora si el perro engorda porque le des premios, lo primero es modificar una conducta y si es necesario, reduce la ingesta de pienso diaria o realiza algo de ejercicio anaeróbico con el perro.