¿Los perros necesitan disciplina?

Si hay una cosa que genera controversia cuando se habla de educación canina en positivo o de una educación respetuosa donde no hay cabida para NINGÚN tipo de castigo, es la DISCIPLINA.

Son muchos los propietarios que creen que si no se disciplina al perro, entonces no hay reglas y los perros hacen lo que quieren, de hecho, algunos detractores de la educación en positivo atacan diciendo que los perros educados así hacen lo que les da la gana, orinan donde quieren y no hacen caso a nada.

Eso no es cierto, una educación canina en positivo puede tener tantas reglas como queramos, de hecho ya se entrenan perros en muchísimas especialidades deportivas sin recurrir al castigo así como perros de asistencia, detección, etc.

Los humanos entendemos por una buena disciplina, que las reglas y órdenes que se establezcan se respeten al 100%

La disciplina no tiene que ir ligada al castigo

La diferencia estará en lo que hacemos para que esas reglas y órdenes se respeten, en cómo enseñamos esa disciplina.

En primer lugar están las reglas que ponemos. A un perro se le pueden enseñar muchísimas cosas, algunas para ellas pueden ser más normales y otras irán en contra de su naturaleza o sus instintos, pero podemos elegir entre educar o forzar al perro a cumplir las reglas, lo que sería elegir entre el aprendizaje y la evitación del castigo.

Algunas conductas pueden ser fáciles de enseñar, otras no tanto.

La diferencia entre un método y otro, a parte de la ética y los problemas que podrían derivarse del uso de la fuerza, está en que para EDUCAR debemos valorar el estado mental del perro: ya sabemos que un perro altamente estresado tiene reducida su capacidad cognitiva al igual que un perro desmotivado. También debemos valorar la predisposición del perro a aprender, progresar a un ritmo asumible por el animal para que no se bloquee, valorar las distracciones del entorno, edad… acostumbrar al perro a que aprender es divertido y saber que un comportamiento reforzado tenderá a repetirse.

Por otra parte, FORZANDO al perro, no necesitamos tener en cuenta nada de eso, simplemente si el perro NO hace lo que creemos que debe hacer, se le castiga tantas veces como sea necesario.

Un ejemplo sencillo lo tendríamos para enseñar un «SUELTA» cuando el perro tiene algo en la boca.

Podemos EDUCAR practicando con juguetes y premiar al perro cuando nos permita quitárselo. Poco a poco nos lo dejará fácilmente a la espera del premio. Cuando nos lo deje sin problemas podemos ponerle la señal «SUELTA» al comportamiento y si lo hemos hecho bien, el perro, a la señal de «SUELTA», dejará lo que tenga en la boca. Es cuestión de ir luego practicando progresivamente con cosas más complejas de soltar, un hueso de piel, un hueso de jamón…  y en diferentes entornos y el perro lo aprenderá como un juego.

Practicar con cosas más fáciles para afianzar el comportamiento nos llevará al éxito.

Podemos FORZAR para disciplinar el «SUELTA». Sería tan sencillo como retorcerle la oreja al perro hasta que suelte por el dolor lo que tenga en la boca y decir «SUELTA» cuando lo deje. Si lo hemos hecho bien, en muy pocas repeticiones el perro soltará lo que tenga en la boca anticipándose así al dolor que le produce que le retuerzan la oreja.

Pretender que un perro suelte su presa sin entrenamiento previo es absurdo.

Este castigo de retorcer la oreja se puede aplicar a otros comportamientos con otras formas: golpeando el hocico con los dedos, pellizcando la nariz, pisando al perro, apretándole las patas, tirando de la correa o recurriendo a herramientas como los collares de pincho, ahogo, eléctricos, de spray… uno de los mayores problemas de estos aprendizajes por evitación del dolor son las consecuencias tan nefastas que pueden tener en los perros.

Por lo tanto, ha de quedar claro que la disciplina no implica que tengamos que utilizar el castigo, se puede disciplinar (hacer cumplir las reglas y las órdenes) perfectamente sin dañar el vínculo y sin que esto suponga un conflicto, solo se necesita empatía y paciencia.

Como solemos decir, que cada uno elija la manera en la que quiere educar a sus perros, nosotros os lo contamos.

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