Implicación de propietarios

handshake

Quizás, la tarea más complicada en una modificación de conducta es conseguir la implicación de todas y cada una de las personas que interactúan con el perro.

Con los sistemas de adiestramiento tradicionales, el objetivo era más sencillo: el adiestrador se encargaba de todo, incluso en ocasiones podía decidir llevarse al perro durante un tiempo para lograr el propósito. Los propietarios, en este caso, no tenían que hacer nada, si acaso seguir un par de indicaciones sencillas como darle un tirón de una forma concreta o gritarle un ¡no! rotundo en el momento en el que el perro hiciese algo que no gustase. No se exigía paciencia porque los comportamientos se inhibían de inmediato o en muy pocas sesiones.

He de reconocer que tendría cierta habilidad y recursos para convencer a muchos propietarios que un collar de pinchos “bien utilizado” no hace daño o que un collar eléctrico es rápido y efectivo. Hay una propuesta que no suele fallar, y es preguntarle: ¿no prefieres darle un tirón o una descarga unas pocas veces, en lugar de estar siempre tirando del perro, arrastrándote, discutiendo, sufriendo sus consecuencias y que, antes o después termine en una perrera? Lo digo en serio, ante la desesperación de algunos propietarios con el comportamiento de su perro se les podría llegar a convencer de muchas cosas.

Podríamos dividir a los propietarios en diversos grupos:

  • Los que quieren que el trabajo se les dé hecho: no tienen tiempo para el perro o fue un capricho de algún miembro de la familia… el caso es que se han ido encadenando problemas en el perro y la convivencia se ha complicado. O le “arreglas” el perro o… En estos casos, el perro ya tiene un pie fuera de casa y la culpa, dicen, siempre es del perro y de alguno de la casa que le consiente… Esto también pasa a menudo con perros de jardín o con los perros de fincas.
  • Los que buscan un adiestrador pero no saben en qué consiste su trabajo. Son como los que acuden a un Burguer King sin saber que no te atienden en la mesa y que existen distintos tipos de hamburguesas, salsas, patatas o bebidas… En estos casos suele haber un batiburrillo de ideas propio de haber visto programas de perros en la tele y haber recibido multitud de consejos de parque.
  • Los que saben lo que buscan pero no cuentan con unanimidad en la familia. En este caso, no sé muy bien porqué, a un miembro de la familia no le convence la educación sin reñir al perro o sacudirle un guantazo si la situación así lo requiere. Es complicado porque uno seguirá las pautas y el otro hará todo lo contrario… y como siempre, el perro será quien aguante la situación.
  • Los que tienen más problemas que el propio perro. En muchos casos el perro es un fiel reflejo de las situaciones que vive a diario. Propietarios con muchos problemas en su vida diaria, horarios nefastos, falta de autocontrol, nerviosos, hiperactivos… que luego ven esos problemas en su perro y los quieren eliminar.

Hay bastantes más casos y también hay mucha gente que tiene muy claro por qué y para qué acude a un especialista.

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