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Cuando un profesional de la educación canina aprueba el uso de métodos o herramientas peligrosas para casos muy concretos o difíciles, creemos que debería tener en cuenta algunas cosas:

  • los propietarios, en estos casos, no se verán menos capacitados que un profesional de la educación o adiestramiento canino, por lo que no dudarán mucho en aplicar esos métodos,
  • para un propietario, el problema de su perro va a ser el peor, el más complicado y difícil de solucionar, aunque simplemente sea que ladre a una puerta o tire de la correa, por lo que ya tiene vía libre para utilizar esos métodos peligrosos,
  • si el profesional hace uso de ciertas técnicas o material peligroso, los propietarios creerán que ese material es totalmente adecuado para trabajar,
  • la palabra «profesional» o términos como «uso profesional», en determinados artículos o métodos, son una garantía para que el propietario los adquiera sin pararse a pensar ninguna consecuencia, total, ¿si lo usan los profesionales?

Es cansino escuchar o leer que hay que ser un profesional para utilizar un collar de pinchos, de ahogo, eléctrico o utilizar ciertas técnicas y luego contemplar cómo son utilizados a todo momento y por cualquiera por el simple hecho de encontrarse a muchos profesionales defendiendo públicamente su uso.

Nosotros estamos totalmente en contra del uso de herramientas o métodos peligrosos y/o que causen dolor en los perros, no nos sentimos más profesionales por saber causar daño con mayor precisión, creemos que el futuro de cualquier metodología educativa está en la ausencia de aversivos.

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