Cuando se educa desde una base donde prima el respeto, podemos descubrir y entender cosas como que para realizar una buena adaptación entre animales las prisas no son buenas.
Que dos animales que se pretende que convivan se conozcan en una zona neutral, en un estado tranquilo y sin intervenciones humanas, ayudará mucho para que esa convivencia sea lo mejor posible. Cuando se trata de perros y gatos, permitirles, antes de conocerse, que se adapten a los olores, rebajen léntamente la carga inicial de estrés producida por el cambio de hogar y puedan comprobar que no hay necesidad de conflicto, ayudará muchísimo. Las prisas en estos casos nunca serán buenas.
Podemos elegir entre disfrutar de una convivencia interespecies fabulosa o correr el riesgo de vivir constantemente en tensión, peligro y conflictos constantes por querer acelerar las presentaciones.