Cuando se educa desde una base donde prima el respeto, se empiezan a valorar mucho las cosas que pueden ser una molestia o algo extraño para nuestro perro.
Una sesión de peluquería, un arnés nuevo, un baño, un cepillo nuevo, una visita al veterinario, un bozal… pueden ser novedades que no agraden a nuestro perro y por tanto deberíamos presentárselas como algo que no debe ser un problema. Desensibilizar objetos o situaciones ayudará mucho a nuestros perros a saber gestionarlas y a tener una mayor predisposición a aceptarlas.
Podemos elegir entre dedicar algo de tiempo a mostrarle a nuestros perros que una novedad no es dañina ni peligrosa o podemos forzarle hacia ella y que cada vez que la tenga presente suponga un trauma para el.