Si enseñamos un comportamiento a un perro y cuando se lo pedimos, no lo hace, ¿deberíamos reprender al perro por no hacer lo que le pedimos o deberíamos entender que el comportamiento no está afianzado como debería?
La propuesta que dan algunos «adiestradores» es la de trabajar con refuerzo positivo y llegados a un punto, castigar al perro si no hace lo que le pedimos ¿falla el educador o falla el educando?
Nosotros entendemos que el perro en determinados momentos puede no hacer lo que le pedimos, las causas puede ser muy variadas, desde su estado emocional, su motivación, su estado físico e incluso la calidad de lo aprendido, al fin y al cabo no son robots.
Lo que tenemos claro es que habrá que esforzarse en analizar qué fallo y en mejorar para que eso no ocurra y JAMÁS intimidar o castigar al perro por nuestra falta de observación o por haber sido malos enseñantes.