Cuando gritas a tu perro en presencia de otros perros puedes provocar, con esa actitud, un conflicto entre ellos.
Los otros perros no saben a qué le estás gritando ni por qué y seguramente el tuyo tampoco. Creerán que existe algún problema, algunos se pondrán nerviosos y entonces puede ocurrir algo desagradable.
Como propietarios deberíamos evitar ser los detonantes en situaciones donde pudiera haber tensión. Nuestra forma de movernos, hablar en exceso, gritar, regañar, o el hecho de pretender decirle a nuestro perro lo que debe hacer en cada momento… puede generar mucha excitación en los momentos más comprometidos y es algo que PODEMOS EVITAR, ya sea manteniendo la calma, llevándonos a nuestro perro sin inferir en exceso o anticipándonos a esas situaciones para que no se produzcan.
Y como buenos propietarios, no deberíamos intentar educar a nuestros perros a gritos.