Una correa larga tiene la ventaja de poderse acortar cuando sea necesario.
Existen modelos multiposición que, para ciertas razas de perros, podremos posicionar más cortas cuando estemos en zonas concurridas y darle más longitud cuando queramos.
Otra de las ventajas frente a las correas retráctiles (tipo Flexi ®) es que podemos sujetarla a media altura y si tuviésemos que tirar rápidamente del perro, poder hacerlo de una manera más suave y no únicamente desde el extremo.
Una correa larga debería tener unos 3 metros de longitud, suficiente para dar libertad de movimiento al perro sin perder control y sin hacernos un lío. Hay que buscarla que sea de buen material y no abrasiva.
Con el tiempo y adquiriendo algo más de habilidad, podremos pasar a una correa de 5 metros o más si lo creemos conveniente.
Es importante, mantener la correa floja, pero con una longitud suficiente para que nuestro perro no llegue a molestar a otros viandantes. ¡Y utilizar las dos manos!
El sobrante de correa deberíamos llevarlo recogido, nunca arrastrando por el suelo ni liado en una mano, brazo o cuerpo (salvo que estemos utilizando correa de seguridad con perros escapistas).
A la hora de saludar a otros perros debemos tener cuidado: intentando mantener la correa floja pero que no arrastre, que no se líe con la correa del otro perro ni en las patas o piernas ¡Y mucho cuidado con quienes lleven una correa retráctil sin el freno puesto, pues el lío va a estar casi asegurado!