Seguro que os habéis planteado infinidad de veces qué podéis hacer con vuestro perro cuando no podéis disfrutar de sus largos paseos. Ahora que los días son más cortos y que se nos echa encima el invierno es un bueno momento para empezar a jugar con vuestros perros en casa. Vosotros os lo pasaréis en grande y ellos tendrán esa dosis de trabajo que tan bien les viene.Voy a repartir los juegos para perros en dos secciones, por un lado los de búsqueda y por otro los de obediencia.

 

1. Juegos de búsqueda

Escondite: O casi mejor dicho sería jugar a “las tinieblas” porque si apagamos la luz y el perro tiene que buscarnos a oscuras, no le quedará más remedio que utilizar su olfato para encontrarnos. ¿Cómo jugar? Dejamos al perro en una habitación, nos escondemos bien en otra y una vez escondidos, le llamamos. Cuando nos encuentre tendremos que premiarle efusivamente (lo haréis, porque ellos nos saludarán también efusivamente y es difícil contenerse). Con este juego mejoramos la llamada y el perro tiene que trabajar con el olfato, lo cual les cansa muchísimo.

Esconde su juguete: Seguro que tu perro tiene un juguete que le encanta, ya sea una pelota, el de tira y afloja o cómo no, un fantástico Kong relleno de su comida favorita. Enséñaselo, sal de la habitación (sin que él te siga) y escóndelo. A continuación vuelves con él y le dices, ¡busca! Las primeras veces pónselo facilito, para engancharle al juego y que entienda lo que esperamos de él. Con este juego estamos trabajando el olfato y mejorando el vínculo que tiene contigo, ya que estáis haciendo una actividad juntos que a él le va a encantar.

Campo de minas: Este ejercicio es muy bueno y practicado a diario puede mejorar increíblemente la salud mental de tu perro. Utiliza unos trocitos pequeños de salchichas o si es muy glotón, su propia ración de pienso. Repártelas por una zona amplia de la casa, algunas más fáciles, otras más complicadas e invita a tu perro a pasar con la señal de ¡busca! Podrás comprobar cómo las primeras pasadas las va a hacer con la vista, para luego empezar a usar el olfato. Esto es porque para poder olisquear debe concentrarse y eso cansa, es como cuando nosotros nos ponemos a estudiar. Con este juego trabajamos concentración y control de su estrés.

Muffin tin game: Con este nombre tan chulo nos referimos a coger una de esas bandejas de horno para hacer magdalenas, poner unos premios en los agujeros y luego cubrir toda la bandeja con pelotas de tenis. Os pongo un video que aunque está en inglés, explica muy claro como hacerlo y lo bien que se lo pasan los peludines. Igual que en los anteriores, primero se lo pondremos fácil, es decir que nos vea poner el trocito de premio y luego se lo vamos tapando, hasta conseguir poner la bandeja con todas las bolas y que el se entretenga sacándolas. Con este juego trabajamos resolución de problemas y concentración. Muy útil para perritos con miedo o inseguros, así van ganando en autoconfianza.

El juego de los trileros: Como su nombre indica es el clásico juego de los vasos, pero en este caso en vez de una pelotita vamos a esconder un trocito de comida. Primero empezaremos enseñándole el trozo de comida y con un único vaso, que podemos taparlo. Luego iremos añadiendo vasos y movimiento según nos vaya entendiendo el perro. Veréis cómo se lo pasan siguiendo vuestros movimientos, u olisqueando bajo los vasitos, que es lo que harán antes de darles un buen hocicazo o con la pata. Este juego, como el anterior, ayuda al perro a pensar y usar su olfato. Si véis que el perro se pone muy ansioso, probar con un trozo de comida menos suculento o en un momento que esté más relajado.

2. Juegos de obediencia

Practica quieto y llamada»: Es una versión del escondite sólo que aquí le dejas al perro con la señal de quieto. Después te vas a otra habitación y le llamas. Él está jugando y trabajando a la vez y tú puedes estar haciendo lo que quieras mientras tanto. Debes empezar siempre con algo muy sencillo, sobretodo si tu perro aún no sabe lo que es estarse quieto. Cada vez que complicas un factor, los demás deben volverse mucho más sencillos, es decir, si me perro sólo se está quieto 10 segundos sin moverme yo, cuando quiera empezar a moverme debo pedirle que se esté quieto 1, porque estoy cambiando las circunstancias que rodean el ejercicio. Si vuestro perro ya sabe aguantar quieto unos minutos, podéis iros a otra habitación y llamarle desde allí. Con este juego trabajamos obediencia y mejora de vínculo.

Escondite inglés: Esta versión del escondite consistía en quedarse quietos como estatuas llegado el momento. Muy bueno para jugar en grupo o en familia. Uno la liga y los demás, incluído el perro participan como estatuas. En esta versión perruna el que la liga además de cantar la cancioncilla “1,2,3 al escondite inglés, sin mover las manos ni los pies…” añade una señal para el perro: sentado y quieto, tumbado y quieto, y así debe permancer o si no queda eliminado. Con este juego practicamos obediencia de una manera muy divertida.

Please don’t stop the music!: Seguro que habéis oído hablar del «Dog dancing» y si no os pongo un vídeo para que le echéis un ojo, pero no es a eso a lo que se refiere este juego. Si no a que pongas tu música favorita y empieces a moverte para llamar la atención de tu perro. Cuando el venga contigo y también empiece a hacer movimientos, paras y le premias cuando él también se pare. Y otra vez a menear el esqueleto. Tú te lo pasas bomba y el trabaja obeciencia de otra manera.

 

Así que, ya podéis empezar a disfrutar de otros juegos y luego no digáis que no sabéis que hacer con ellos tanto tiempo en casa.