A cualquiera nos resulta bastante asqueroso ver a nuestro perro comer cacas, ya sean sus propias heces, las de otro perro o las de cualquier otro animal, pero la realidad es que es algo bastante común y que le resulta placentero a muchos a perros.
Hay cacas que les deben resultar excesivamente deliciosas, tal es el caso de las cacas de gatos, las bolitas que dejan los conejos.
Sobre este tema hemos llegado a escuchar muchas cosas:
- Que algunos perros comen heces de otros animales en busca de nutrientes que les faltan en su dieta. Bueno, quizás tengan hambre y las cacas no estén muy bien digeridas y contengan trazas de alimentos.
- Juegan con las cacas, les parece divertido y terminan comiéndoselas.
- Se ha convertido en un hábito que les gusta.
- Problemas médicos, tales como una infección intestinal, pancreatitis, alguna alergia alimentaria, de manera que no digieren bien todo el alimento y las cacas lo pudieran contener en cantidad.
- Algunas de las cosas que hemos podido observar es que cuando un propietario le da demasiada importancia al hecho de que su perro coma cacas (riñe, sermonea, etc), el perro termina por darle también importancia y a sobrevalorar el encontrarse una caca, algo así como: ¡hay que comérsela sí o sí, antes que me vea mi propietario!
- Perros muy estresados, ansiosos por la comida, pueden ir como aspiradoras por la calle o pueden ser algo más selectivos pero aún así, no dejar pasar una caca apestosa.
¿Cómo lograr que mi perro deje de comer cacas?
La mejor opción es ser proactivos: anticiparnos y recoger las heces tan rápido como podamos o no dejar a nuestro perro curiosear por zonas donde las haya, evitando así que el perro siga reforzando este comportamiento.
Si sabemos de una zona donde haya cacas y que además, nuestro perro se las come o hay alta posibilidad de que así sea, llevarlo con correa e ir atentos.
El bozal podría ser una opción, pero algunos perros estrujarán la caca con el bozal y se la terminarán comiendo. Pero también puede generar mayor ansiedad. Si estamos ante un caso de coprofagia por exceso de estrés, estaremos provocando el efecto contrario.
Si nuestro perro se come sus propias cacas, hay alimentos como la piña que pueden hacer más desagradable el sabor de sus cacas. También hay productos que se pueden echar a la comida pero estas cosas funcionan en algunos perros y en otros no.
Con perros ansiosos por la comida y las heces, una terapia holística de reducción de estrés puede ser muy efectiva. El perro no tendrá la necesidad de comer todo lo que encuentre, no se irá autorreforzando constantemente y puede llegar a desaparecer este hábito.
Regañar al perro no tiene el efecto deseado, de hecho, puede convertir a un perro selectivo con ciertas cacas, en un perro que se coma todas las cacas y cualquier otra cosa en cuanto nos descuidemos, que se vuelva mucho más ansioso.
En la ciudad y en los recintos caninos, si todos nos acostumbrásemos a recoger las deposiciones de nuestros perros, casi no existiría este problema (las colonias de gatos son cosa aparte).
La papaya también ayuda a que no la coman ya que la papaya en las heces fecales emiten un olor desagradables para ellos.
¿Y si las cacas que come son las de humanos?