Cuando se educa desde una base donde prima el respeto, podemos descubrir y entender cosas como que las historias que nos contaron sobre que los perros buscan dominarnos, escalar en nuestra pirámide social y que ante eso nosotros debemos imponernos para que sepan quiénes son los líderes, son solo eso: HISTORIAS.
Si nuestro perro pasa por delante de nosotros al atravesar una puerta, se sube al sofá o a nuestra cama, tira de la correa, nos gruñe, no nos deja acercarnos a su comida, etc, no se trata de que nuestro perro ahora quiera ser el que lleva las riendas de la casa, el alfa de la manada, más bien se trata de no haber enseñado algunas cosas, o haber enseñado a defender otras. Seguramente lo que más ha fallado es la comunicación y entender al perro.
Cuando un perro se comporta inadecuadamente, es un problema de educación y para ello habrá que dedicar esfuerzos a educar. Lejos quedan los cuentos de liderazgos, dominancias, machos alfa y resto de leyendas que lo único que pretenden es que sometamos a nuestros perros a través de la fuerza bruta.