Cuando se educa desde una base donde prima el respeto, podemos descubrir y entender cosas como que a un perro no debemos reñirle por hacer sus necesidades en el sitio equivocado porque a los perros no les gusta hacerlo donde viven.
Si es un cachorro deberá aprender con la paciencia necesaria hasta que vaya controlando sus esfínteres. Si es un perro adulto, tendremos que ver qué causa ese comportamiento para tratarlo en la medida de lo posible.
Reñir a un cachorro por hacerse sus necesidades en casa es como reñir a un niño de 10 años porque no sabe resolver un logaritmo. Reñir a un perro adulto por hacerse sus necesidades en casa es como reñir a una persona adulta porque le duele la cabeza.
Podemos elegir trabajar para resolver este problema o por el contrario crear una confrontación que nuestro perro no entiende y que le pueda suponer un problema a la hora de hacer sus necesidades.