Durante una sesión de fotos a Brandy, una chica entró en una tienda y dejó a sus dos perros fuera. Había palomas comiendo en el suelo, gente pasando, muchísimas distracciones y con alguna de ellas, los perros reaccionaron y salieron corriendo «disparados».
La chica salió tras ellos y alcanzó al más grande, le dio voces, varias tortas en el hocico y múltiples tirones del «Halti» que llevaba puesto el perro. Al otro más pequeño también le dio voces y algunas tortas, en resumen, tortas y gran alboroto.
Se dirigió nuevamente a la tienda mientras les decía de todo menos «bonitos» a sus perros y les seguía dando tirones enfurecida. Esta vez los ató a una papelera cercana a la puerta de la tienda.
Habría sido más fácil atarlos desde un principio y no esperar que los perros hagan un «quieto» sin haberles enseñado y en un entorno que les superaba. En el caso de una posible espantada (porque se desatasen) bien tener una «llamada» entrenada o, de no ser así, cogerlos y no decirles ni mu (luego ya podrás darte dos cabezazos contra la pared por no haberlos atado bien, por no haberles enseñado un «quieto» en diferentes entornos o lo que es lo mismo, por no haber sido proactivo).