Abandonos

Cuando leemos noticias sobre el abandono de animales normalmente nos enfadamos y llegan a salirnos “sapos y culebras” por nuestra boca, pero deberíamos preguntarnos ¿por qué pasa esto? No son casos aislados, son muchísimos los abandonos que se producen todos los años y sería bueno revisar por qué ocurren.

No todo el mundo contempla a sus perros o gatos con los mismos ojos, para muchos son parte de nuestra familia, pero para otros, posiblemente debido a la educación recibida, no llegan a tener más estatus que el de objetos o caprichos prescindibles. 

Deberíamos hacer un ejercicio de empatía con esta gente que aún no ve a su perro como uno más de la familia, no es tarea fácil, pero desde el insulto y los malos modos jamás lograremos nada. 

No hace mucho, conocimos a unos chicos que llevaban a su perrito a una perrera para dejarlo allí. Las razones eran que ladraba mucho, que los vecinos habían protestado y que no eran capaces de hacer que dejase de ladrar. El dueño pensaba que su perro le había salido “defectuoso” porque no cumplía con los ideales que se marcó el día que se hizo cargo de él. 

Hasta aquí es algo que pasa más a menudo de lo que deseáramos, pero el problema ocurre cuando estos chicos recurren a una protectora y empieza la incomprensión, con lo que consiguen que terminen hartándose de la situación y el perro termine pagando los platos rotos. 

Como ya dije nos encontramos a estos chicos ya bastante cabreados, pero en lugar de arremeter contra ellos, les hicimos ver que el problema de su perro era algo que ocurre y que tiene solución, les dijimos cómo deberían proceder tanto con el perro como con los vecinos y que podían intentar trabajar un poco para aprender a disfrutar con su perro para que no terminase en una perrera. No llevó más de 15 minutos cambiar el concepto que tenían de su perro y que se marchasen contentos con él y dispuestos a solucionar ese “problema”. 

Lo mismo podríamos decir de las personas que pretenden adoptar y creen que es como comprarse unos zapatos, tal y como hemos leído esta tarde y nos ha sorprendido que el personal de una protectora le soltase, al posible adoptante, la primera “bordería” que se le ha ocurrido por haber pedido un perro con unas determinadas características y sin problemas, quizás parte de su trabajo sea intentar abrirle los ojos a esa persona para que no vea a los perros como meros objetos, quizás sea bueno dejar los insultos telefónicos y concertar alguna visita a las instalaciones y luego desde ahí, intentar implicar a la persona o al menos conocerla mejor.

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