Es alarmante la cantidad de perros a los que no se deja relacionarse con sus congéneres.
Unos por sobreprotección y otros porque sus propietarios tienen miedo que puedan hacer algo malo a otros perros, el caso es que no permiten que el suyo se acerque a otros.
Estos perros empiezan por perder sus dotes de comunicarse con otros perros, a tener poca confianza en sí mismos y se muestran, en muchísimas ocasiones, reactivos y amenazantes.
Los tirones de correa, levantarlos del suelo e intervenir y reñirles por su indeseado comportamiento, es algo normal en los propietarios que aumentará el problema.
Hay que entender que los perros son animales sociales, que necesitan relacionarse con otros perros y nosotros debemos facilitárselo. Debemos hacer uso del sentido común y buscar perros con los que el nuestro se lleve bien y dejar que se saluden, se huelan, se chupen y jueguen.
Jamás debemos forzar un acercamiento o una amistad. Los perros saben perfectamente quién les gusta y quién no, dejémosle a ellos esa elección.
Y si nuestro perro no se puede relacionar con otros porque se vuelve una fiera, entonces tenemos un serio problema, deberíamos acudir a un profesional para solucionarlo y dejarnos de probar todas las recomendaciones gratuitas que podremos leer en foros o que nos darán en el parque que, posiblemente, no harán más que aumentar el problema.
Antonio L. H. Calderón
CalmaDogs