Da igual el tipo de pelo que tenga el perro, el cepillado debe ser algo habitual.
A diferencia de lo que mucha gente cree, muchos perros de pelo corto sueltan más pelo que perros de pelo largo. La alimentación, el estrés pueden también influir en la caída del pelo.
Hay que conseguir desde cachorros que la tarea del cepillado sea algo bueno para el perro. Hay que habituar poco a poco al contacto con el cepillo, peine o carda y JAMÁS regañar o forzar al perro en el cepillado, evitando cualquier tirón del pelo o manipulado incorrecto.
Un buen cepillado donde el perro disfrute también refuerza el vínculo con el dueño y además sirve para explorar todo el cuerpo del perro en busca de bultos, lesiones, o cualquier cosa que no debiera estar ahí.
Pregunta a un peluquero canino qué material es el más recomendable para el pelo de tu perro.