La receta para estropear a un buen perro

serve

Es fácil que ante un perro que se comporta excitado, tira de la correa, se sube a la gente, gruñe a perros o personas o se muestre de manera acosadora en el juego e incluso lance algún bocado, le tachen de «perro con mucho carácter» e incluso digan que es «dominante». Si además resulta que el perro en cuestión es grande, fuerte y joven, sugerirán que «a ese perro hay que enseñarle quien manda antes de que sea demasiado tarde».

Mezclamos todos los ingredientes y tenemos la receta para estropear a un gran perro.

Se empieza por corregirles cada vez que «cometen un error», se les da tirones de la correa cada vez que tiran, se les regaña cuando gruñen a otro perro, se le grita cuando se suben a alguien para saludar…

La convivencia se convierte en una constante confrontación que el perro no entiende.

Nadie le ha enseñado que cuando gritas»¡calla!» significa no ladrar, que «¡chsss!» significa no te subas, no vayas hacia allí, estate quieto, suelta, no tires, no le huelas el culo a otro perro, camina, párate… nadie le ha dicho que cuando gruñe a otro perro, tus gritos no significan que tiene que ladrar más, que el objetivo de esos gritos es el contrario, que permanezcas callado, que cuando tú te sientes nervioso o preocupado ante una situación, él debe relajarse, que unas veces puedes subirte a saludar y recibirás caricias en la cabeza, pero en otras ocasiones te llevarás un rodillazo, un grito o un tortazo.

Al final, puede que el perro aprenda. Que aprenda que pasear con correa es algo horrible porque le dan tirones del cuello, le privan de oxígeno y que, o va tirando o no puede oler nada… Aprenderá que cuando ve a un perro, su propietario se tensa, tira de la correa, le hace daño, por lo que la proximidad de otros perros es un inconveniente, es un problema. Aprenderá que ciertos movimientos de las manos o piernas pueden suponer llevarse un golpe, que son una amenaza, Aprenderá que cada vez que llega una visita a casa, las correcciones se multiplican por 10. Aprenderá que avisar de algo mediante gruñidos no le sirve de nada…

old-dog-doing-a-bicycle-trick

E incluso habrá el que aprenda que, haga lo que haga, unas veces estará bien y otras estará mal y optará por no ofrecer nada, por perder la curiosidad, por convertirse en un trozo de carne con ojos a la espera de que su dueño le diga lo que tiene que hacer y «rezar» por tener suerte y no recibir una reprimenda por equivocarse.

Tener miedo no es lo mismo que obedecer.

Comportarse desacertadamente no supone que te estén retando, supone que no se ha aprendido lo que quieres ya sea porque no te has explicado bien, no has utilizado el lenguaje correcto, no te has sabido adaptar a las capacidades o estado mental del alumno, no has dado el suficiente tiempo o simplemente, no te has molestado en enseñar y ser coherente con lo que estás enseñando.

 [ad name=»Final de entrada 800×100″]

5 comentarios en “La receta para estropear a un buen perro”

  1. Me siento muy identificada con la descripción que se hace al principio del articulo. Mi grandullon es así: le encanta jugar con la pelota, palos y demas… pero solo sabe compartir ese juego con hembras… si se meten machos se mosquea, gruñe e incluso puede llegar a darles un aviso. Es un mestizo de 30 kilos, 6 años, bastante atlético pero no nervioso ni acelerado. Y por su tamaño sus avisos no son bien recibidos por dueños de otros perros, y ya le han tachado de «malo», «agresivo», «dominante»…

    Luego, realmente, el no va buscando gresca con otros perros, no es de esos que ve uno en la distancia y va a buscar bronca… todo lo contrario: va a su bola… pero eso sí, si se le acerca un macho para medirse con él, siempre intenta ponerle en su sitio, no se deja dominar…

    Realmente no les llega a hacer nada: simplemente se planta encima del otro, intentando mantenerle quieto, le pone las patas encima e incluso le sujeta con la boca contra el suelo… Pero el ruido que hacen y lo grande que es le han hecho ganarse una mala fama que no se merece…

    Gracias por el artículo, por hacerme sentir mejor con el, porque realmente es un perro maravilloso… pero incomprendido. Porque para mí mi grandullon tambien es un gran perro…

    Intentare seguir vuestros consejos, intentar explicarle mejor lo que quiero y no estropear su caracter… Aunque muchas veces no solo depende de uno mismo, y entre dueños de perros existe mucha incomprensión y falta de empatía hacia el otro…

  2. Como siempre, acertadísimo!!!! Hace tiempo hice una consulta por lo que consideraba un «problema» con mi boxer de 2 añitos recien adoptado de la protectora y su contestación me hizo cambiar el chip para con » mi chico» y nuestros paseos: Hace mas o menos un año de la consulta y la verdad es que a partir de entonces todo ha ido a mejor. He ido conociendo y aceptando el carácter y personalidad de mi perro y, supongo que él la mía, pero siempre desde la tranquilidad y el disfrute de los ratos que pasamos juntos. Por si no lo había dicho entonces GRACIAS!!!!

    1. No nos gusta utilizar el término «corriente positivista» o «educación en positivo» porque está bastante manido y ya se han encargado otras corrientes de denostar con el objetivo de confundir.

      Pegar es maltratar, acosar psicológicamente es maltratar, forzar es maltratar, abandonar es maltratar, así lo recoge el vocablo «maltrato», no se trata de métodos ni se trata de logros, se trata de sentido común. Si solo para enseñar a un perro a no tirar, le tenemos que hacer daño, ahogar, «jugar» con la posibilidad de dañarle las cervicales, espalda o la glándula tiroidea, cuando esto mismo se consigue sin ningún tipo de daño ni conflicto, ya nos dirá si nos parece o no que hay maltrato en la metodología.

Los comentarios están cerrados.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies
A %d blogueros les gusta esto: