#mitosyrealidades
Este consejo ya es de lo peor que podemos ir escuchando.
«Es fundamental saber que el castigo debe ser aplicado inmediatamente después de la acción que se quiera inhibir,si lo hacemos varios minutos después del hecho, el perro no podrá interpretar por qué motivo se lo castiga. Recuerda que «castigo» no significa golpearlo, uno de los mejores castigos es gritarle fuertemente ¡NO…! y sacudirlo de la piel de la parte superior del cuello elevándolo un poco del suelo, esto es bastante familiar para el perro ya que de ésta forma lo castiga su madre durante el período de amamantamiento.
También podes usar para darle unos golpes un «periódico enrollado»; esto hace mucho ruido y lo asusta sin lastimarlo.
También se le puede arrojar algo que haga mucho ruido como por ejemplo una lata con piedras en su interior.
Si el perro se echa y se pone panza para arriba es signo de sumisión y de que comprendió por lo que en éste momento se debe detener el castigo. Si por el contrario se defiende y te enfrenta tendrás que insistir hasta que se someta».
Aquí encontramos errores por todos lados. Empecemos:
Habla de aplicación del castigo inmediatamente pero en ningún momento se tiene en cuenta que además del momento preciso, tendríamos que tener en cuenta la intensidad correcta en la ejecución del castigo y las percepciones del perro. ¿Qué estás capturando durante el castigo, lo que tú crees que ha hecho mal el perro o algo que está mirando, oliendo o escuchando? ¿Una cosa, varias? ¿Qué asociaciones puede llegar a hacer el perro si el castigo se repite por hechos similares?
¿Gritarle fuertemente ¡NO!? es decir, asustamos al perro por hacer algo que puede ser fruto de la curiosidad, inexperiencia, no haberlo aprendido porque jamás hubo enseñanza o simplemente es fruto de la ansiedad que tiene en esos momentos. Esto puede ser terrible en cachorros, en los que provocaremos una falta de confianza tremenda.
¿Sacudirlo de la piel de la parte superior del cuello elevándolo del suelo como hace su madre? Por favor ¿cuántos perros adultos has visto que sean levantados por su madre por la piel del cuello? En primer lugar, nosotros no somos perros y mucho menos «mamá perra» aunque hayamos alimentado a nuestros perros a biberones. A partir de ahí, cualquier chorrada que se diga en este sentido no deja de ser eso, «una chorrada».
¿Golpes con un periódico enrollado? ¿Pero no decía que «castigo» no significa golpearlo. Claro que no lastima, por supuesto que no, pero, una torta que nos den a nosotros, tampoco nos lastima y dependiendo de quién proceda, el momento, la situación, puede dejarnos muy marcados. Otra vez estamos en lo mismo, asustamos al perro.
Lo mismo para la lata con piedras… no se educa asustando, asustar solo sirve para eso, para asustar, para infundir miedo. Inhibir conductas mediante el miedo es lo mejor para estropear definitivamente a un perro que si bien puede ser muy obediente en ciertas circunstancias, puede ser insufrible convivir con él, a no ser que se haya convertido en un trozo de carne con ojos.
Por último, nos dice que si el perro se echa panza arriba, nos mostrará sumisión y paramos el castigo, si se defiende y enfrenta, hay que insistir para que se someta… esto ya es de «traca», con esto queda claro que no se desea una convivencia pacífica basada en el respeto entre especies, con esto lo que se pretende es tener a un ser totalmente dominado, controlado a través del miedo y llevarlo a una situación de indefensión aprendida en la que el perro se dé por vencido.
Este tema es grave, proponer cualquier tipo de castigo, por leve que parezca, a propietarios de perros es el mejor camino para llenar las perreras y refugios de perros abandonados.