De 0 a 100 en solo unos meses

Con pasar de 0 a 100 nos referimos a pasar de un estado a otro muy diferente en poco tiempo, algo que les ha pasado, les pasa y les pasará a muchos perros, pero sobre todo, a los mal llamados PPP (Perro Potencialmente Peligroso).

Vemos esto en el cachorrito alegre que juguetea suelto en cualquier lugar, que no parece molestar a otras personas que pasean ya tengan perro o no. No parece ningún peligro y lo más que busca es una caricia que muchas veces recibirá.

Pero ese oasis de libertad desaparece el día que el cachorrito crece, algo que en los perros es casi de un día para otro, ya no parece tan inofensivo y además, si gruñe o ladra, no será indentificado como un «ladridito» o como un «perrito gruñoncete» ya se podrá identificar como una «bestia», «me quiso comer» o «gruñía con intención de matarme». Otros propietarios de perros tirarán de sus perros y los alejarán, ya no se trata de dejar jugar a su perro con un cachorrito inofensivo, ahora se trata de «supervivencia».

La realidad es que para evitar problemas mayores y la multa que pueda caernos, el perro terminará paseando como Hannibal Lecter.

El perro ha pasado de pasear con total libertad y poder saludar y curiosear todo lo que le guste a una privación total.

La ley es la ley y si nos la tomamos al rajatabla pues no podréis soltar al perro prácticamente nunca, claro que tampoco podréis circular por ciudad a más de 50, en autovía a más de 120 ni cruzarse un semáforo en ámbar o en rojo (aunque vayáis andando).

Visto lo visto ese drástico cambio va a ser duro para cualquier perro (no solo los PPP, los perros grandes también van al mismo saco).

¿Y qué podemos hacer ante ese panorama que se avecina?

No nos queda otra que acostumbrar al perro antes. Buscar sitios donde el perro pueda esparcirse en libertad siendo pequeño y grande, pero también enseñarle desde bien pequeño que «no todo el campo es orégano», es decir, enseñarle a pasear atado, a autocontrolar sus impulsos cuando vea a otra persona o perro, que el bozal no es algo malo. Alternar periodos de total libertad con periodos de menos libertad. No extendernos en los tiempos que el perro pase jugando con otros perros o a su libre albedrío en zonas llenas de transeúntes, en resumen, enseñarle desde pequeño lo que se avecina y educarle y educarnos para lograr una buena convivencia que no derive en problemas ni en nuestro perro, ni hacia los demás.

 

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