No es raro ver en algún paseo cómo los perros de tamaño pequeño son levantados del suelo. Su poco peso permite que, con un pequeño tirón, podamos desplazarlos donde queramos.
Tampoco es raro verlos reactivos, ladrándoles a todos los perros o con diversas estereotipias.
Podríamos hablar de una relación directa entre mal manipulado y perros muy estresados.
¿A qué nos referimos cuando decimos «mal manipulado»?
- Elevar a un perro como si fuese un yoyó cada vez que nos apetece y sin previo aviso.
- Tirar del perro y arrastrarlo.
- Peinarlo dando tirones.
- Darle una torta.
- Abusar de tenerlo cogido.
- Tratarlo como un bebé por ser de tamaño pequeño.
- Defenderlo previamente, antes de ser atacado, (no dejarles interactuar con otros perros por ser de mayor tamaño*).
- No soltarlos nunca por miedo a perderlos.
- El uso de correas extensibles, ya que suponen una tensión constante.
Por el simple hecho de ser más pequeños, físicamente más débiles, deberíamos tratarlos con muchísimo más cuidado. Ser más cuidadosos a la hora de acariciarlos, elevarlos con las 4 patas siempre apoyadas y solo lo necesario, agacharnos junto a ellos cuando queramos interactuar y a la hora del paseo, utilizar la correa con muchísima suavidad, sin dar tirones y sin arrastrarlos, buscar compañeros de juego de tamaño similar y si son más grandes que sean adultos equilibrados. Evitar los perros jóvenes y grandes anticipándose y no tirando del pequeño perro cuando esté bajo las patas del otro.