Jamás pensé que un palo pudiese entrañar algún peligro al jugar con el perro. Había visto a muchos perros a los que se les lanzaba el palo e iban a por el, a dos perros forcejeando por quitarse el palo el uno al otro.
Alguna vez escuché eso de que las astillas del palo podrían clavarse en las encías, pero poco más.
Pero hace ya algunos años, curioseando por internet, encontré unas fotos espeluznantes donde se mostraban perros accidentados por jugar con palos. Comprobé que en Inglaterra había campañas veterinarias para erradicar el juego de lanzar palos a los perros. Había mucha información y no iba dirigida a paliar la obsesión de muchos perros con los palos, se centraba en los daños físicos que se podían producir.
Nos podemos encontrar perros con el paladar atravesado por un palo o astilla, perros que se parten la lengua, ojos vaciados, palos clavados en el costado o vientre…
Los perros a veces cogen palos enormes con sus bocas, corren portándolos, saltan, se revuelcan y rara vez ocurre algo, pero cuando ocurre…
Lo bueno es que en cualquier tienda podemos encontrar un montón de juguetes que podemos lanzarle a los perros o permitirles morderlos y que jueguen con ellos sin hacerse ningún daño.