Querer a un perro no se trata de levantarlo para arriba y darle besos…
Querer a un perro es, ante todo, velar por su salud física y emocional, respetarlo como el perro que es, disfrutar ambos plenamente de la relación, entender que es un perro y que actúa como tal, darle una correcta educación para ayudarle a mantener una mejor convivencia, ayudarle en su socialización, conocer su lenguaje, preocuparse por saber qué le gusta, qué le motiva y qué no…
Querer a un perro es mucho más que estar todo el día dándole besitos y pronunciando su nombre.